Hisopo, alivio natural contra la tos

Este gran expectorante mejora el asma, la bronquitis y las alergias respiratorias. Ya Dioscórides, en el siglo i, hablaba del hisopo (Hyssopus officinalis) como de una planta muy conocida, común en la zona montañosa de Cilicia, en Turquía, que se bebía con higos, miel y agua para rebajar la inflamación del pulmón, contra el asma, la tos y los esputos.

El hisopo es una planta aromática, emparentada con las salvias y las lavandas, que crece en prados y en pastos de áreas de montaña de los Pirineos y el sistema Ibérico. Tiene el tallo erecto, poco ramificado, las hojas lineales y flores azules, agrupadas en una inflorescencia espigada.

Florece desde mediados del verano hasta el otoño, y con fines medicinales se cosechan las sumidades floridas, que se emplean mucho como aromatizadores naturales, para ahuyentar los insectos y como condimento de cocina en sopas, guisos y ensaladas.

Un eficaz expectorante

El hisopo contiene un aceite esencial muy activo, rico en tuyona y en pinocanfona, ácidos fenólicos (cafeico y rosmarínico), ácidos ursólico y oleanólico, principios amargos como la marrubiína, colina y taninos. Todo ello le confiere a esta planta propiedades expectorantes, antiasmáticas, antitusivas, diaforéticas, antiespasmódicas, antisépticas, digestivas y carminativas.

Los herboristas lo indican principalmente como descongestionante pulmonar en caso de gripe con mucha mucosidad, en ataques asmáticos leves o moderados, bronquitis, alergias respiratorias con rinitis, en sinusitis y faringitis con accesos de tos.

Masajes con el aceite esencial

El aceite esencial de hisopo es muy apreciado en aromaterapia y se aplica externamente para untar el pecho en personas afectadas de congestión. Se añaden 30 g de aceite de hisopo a 100 ml de aceite de almendras dulces o similar.

Por vía externa, el aceite esencial y también la infusión se han usado sobre quemaduras leves, y para desinfectar y limpiar heridas superficiales.
El hisopo en tintura se recomienda como apoyo natural a personas asmáticas, pero sólo en adultos. Se toman unas 50-60 gotas diarias, en tres dosis, disueltas en zumo o agua.

La infusión simple de hisopo, o bien combinada con melisa e hinojo, se indica en caso de inapetencia y de trastornos digestivos, así como para evitar los gases, meteorismos y flatulencias.

Infusión para aliviar la bronquitis

Por sus propiedades descongestionantes, el hisopo se emplea como aliado frente a la bronquitis, incluida la de los fumadores.
Los expertos recomiendan una fórmula mixta que combina hisopo con brotes de pino silvestre, violeta y amapola a partes iguales. Se añade una cucharada sopera de esta mezcla por cada taza de agua. Se hierve en un cazo durante un minuto y se deja que repose otros diez. Esta infusión se puede tomar varias veces al día, en ayunas, y algo caliente, aunque sin excederse.

Presentación. El hisopo se presenta en planta seca para infusión y decocción, en tintura, jarabe para la tos, extracto líquido, agua destilada de hisopo, aceite esencial, cápsulas, oleatos y supositorios.

Precaución. El aceite esencial no se debe aplicar a niños menores de seis años ni a embarazadas y lactantes. Por vía interna sólo debe tomarse bajo vigilancia médica, y en cualquier caso se deben evitar las dosis altas que podrían provocar ligeras convulsiones.

Jordi Cebrián
Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud»
http://www.cuerpomente.com

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