Las mermeladas y la salud
Las mermeladas de frutas
Qué duda cabe que como mejor está la fruta es recién cogida del árbol. A la sazón, tomamos los frutos que la huerta nos ofrece, y filtramos los sabores con nuestro paladar hasta el último rincón.
Para intentar retener esta maravilla, el ser humano ha ingeniado formas tradicionales de conservar los alimentos, para poder degustarlos en cualquier momento del año.
De esta manera, alguna propiedad se pierde en el proceso, pero la inmensa mayoría de ellas se conservan.
Desde la antigüedad se conocen los efectos antirreumáticos del saúco, o la capacidad antitusígena de la decocción de higos con azufaifas (jinjolero). Veamos, a continuación, a los principales responsables de ello.
LA MARAVILLA DE LAS ANTOCIANINAS
Las “antocianinas” son los pigmentos presentes en los vegetales, que otorgan su color (rojo, púrpura, morado, verde, violeta…).
Pertenecen al grupo de los “flavonoides” (como las isoflavonas de la soja), y recientemente han despertado un gran interés por sus propiedades farmacológicas y terapéuticas.
Químicamente, resisten el proceso de la digestión, y se conservan bien en un medio ácido. El calor intenso las puede inactivar parcialmente, perdiendo su color.
Por este motivo, las mermeladas han de estar el tiempo justo al fuego, y no más que eso. Si os dais cuenta, algunas mermeladas cocidas prolongadamente adquieren todas el mismo color marronoso oscuro.
Las antocianinas han demostrado su protección frente a la enfermedad coronaria, y tienen efectos antitumorales, y antiinflamatorios; mejoran la agudeza visual, y la capacidad cognitiva; inhiben la oxidación de las lipoproteínas y la agregación plaquetaria (responsable de algunos casos de trombosis).
Extractos concentrados de estos compuestos mejoraron la memoria a corto plazo después de 30 días de tratamiento. Además, mejoran el comportamiento de ciertos grupos de glóbulos blancos (sistema inmune). Todos estos efectos son debidos a su capacidad antioxidante.
Los alimentos que más antocianinas contienen son la mayoría de las frutas, (como la naranja), y sobre todo las de color oscuro, como la uva tinta, la mora, los arándanos, las frambuesas, la cereza y muchas hortalizas como el maíz morado.
De manera que cada alimento tiene su efecto sobre nuestro organismo, y cada especia, baya o capítulo floral aportan su valor personal.
Nosotros hacemos todo lo que está en nuestra mano para ofrecer un producto excelente.
Cultivamos muchos de los productos que ofrecemos, y lo hacemos de manera ecológica (número de registro de agricultura ecológica en trámite), siguiendo los sabios consejos de los abuelos de la zona, y respetando la influencia de los astros, básicamente de la luna.
Veamos a continuación algunos de los beneficios de las mermeladas artesanas o caseras:
Mermelada de Manzana (Pyrus malus): alopáticamente, macrobióticamente y energéticamente, la manzana es la fruta de la normalidad, pues tiende a normalizar o equilibrar nuestro organismo, especialmente el tracto intestinal, tanto en caso de estreñimiento como de diarrea.
Nuestra mermelada de manzanas reinetas es una de las favoritas de los niños… y de los ancianos (algunos nos han confesado que se toman las pastillas con esta mermelada).
Mermelada de Pera (Pyrus comunis): la medicina energética considera a la pera como un alimento tonificante del pulmón, y por lo tanto ideal durante los episodios de resfriados y para los estados de cansancio.
Mermelada de Tomate (Lycopersicum spp.): desde el punto de vista terapéutico, las virtudes del tomate provienen de su riqueza vitamínica y muy especialmente gracias a su contenido en licopeno, un anticancerígeno de primer orden, de la familia de los carotenoides, resistente al calor, de manera que conserva sus propiedades beneficiosas tanto en forma de mermelada como de salsa.
Mermelada de Naranja (Citrus aurantium): este fruto, que desprende “sol” por todos sus poros, nos trae “calor” durante los meses invernales. Abundante jugo, finura de perfume, y agradable acidez que contrarresta su dulzor, son sus principales efectos, sin duda saludables, sobre nuestro organismo.
Mermelada de Ciruela (Prunus domestica): conocida por sus virtudes laxantes, la ciruela es un potente factor antiaging, porque retrasa el envejecimiento.
Además de su riqueza en vitamina E y de fibra, hay que añadir la fuente de carotenos, flavonoides, potasio y fósforo; ayuda a controlar el colesterol. La vitamina E es la responsable de retrasar los efectos del envejecimiento, como la abundancia de arrugas en la piel.
Mermelada de Saúco (Sambucus nigra): del saúco es conocido su uso para lavar los ojos, como sudorífico y calmante de la tos.
Pero su principal virtud en forma de mermelada es la depurativa, pues promueve la transpiración y elimina lo que antiguamente se llamaban “toxinas”, tales como el ácido úrico, o el acumulo de líquidos en las extremidades.
Mermelada de Cereza (Prunus avium): la mermelada de cereza es ligeramente laxante, y suavemente depurativa. Conviene a las personas que sufren de dolores articulares u obesidad (protección cardiovascular), porque es una de las frutas que mayor contenido tiene en antocianinas.
Mermelada de Guindas (Prunus spp.): el sabor agridulce de las guindas les otorga un alto valor digestivo, reconforta el estómago, restituye el apetito perdido, y calma el intestino; en resumen, mejora la digestión en general.
Mermelada de Higos (Ficus carica): este árbol de floración curiosa nos da un magnífico fruto cuyas principales virtudes son la de ablandar la tos, y como laxante (ya usado por este motivo por los egipcios hace más de cuatro mil años).
Las virtudes medicinales de las diferentes partes de este árbol son tantas, que lo mejor que podemos hacer es plantar uno en nuestra huerta.
Mermelada de Fresa (Fragaria vesca): ver “antocianinas”, antes. Además, la fresa tiene la virtud de que está riquísima…
Mermelada de Moras (Rubus fruticosus): ver “antocianinas”, antes. Este arbusto tan invasivo, tiene como contrapartida que nos ofrece unas deliciosas bayas, que bien valen el rato que nos pasamos recogiéndolas.
La cantidad de antocianinas presentes en las moras hacen de esta fruta un alimento preventivo contra el cáncer de primera línea.
Mermelada de Limón (Citrus spp.): el ajo y el limón son para la medicina naturista lo que el paracetamol y la penicilina para la medicina alopática; o sea, de uso diario.
La mermelada o el jarabe de limón es suavemente digestivo, sirve para aromatizar infusiones y bebidas medicinales tomadas para la pesadez gástrica.
Mermelada de Pimiento (Capsicum annuum): el pimiento es una baya repleta de antioxidantes, y con un gran contenido de vitamina C. Es estimulante, digestivo y colagogo, es decir facilita el vaciado de la bilis en la vesícula biliar.
Mermeladas con jengibre (Zingiber officinale): aunque se lo añadimos en pequeñas cantidades el jengibre es otro “medicamento” puntal de la medicina naturista, usado en caso de resfriados, frío, gripe, dolor de garganta, etc. Es digestivo y por ser depurativo también se utiliza en casos de dolores articulares.
Mermeladas a la lavanda (Lavandula spp.): la lavanda es una planta aromática y medicinal, pues es digestiva, estimulante y antiespasmódica.
También la añadimos en pequeñas cantidades, pero lo suficiente como para aportar su toque personal y único.
Jalea de membrillo (Cydonia oblonga o maliformis): la jalea de semillas de membrillo se usa medicinalmente a nivel tópico, para los procesos inflamatorios, eliminar las asperezas de la piel, las grietas de los labios, los sabañones, las quemaduras, etc.
La jalea del fruto va bien contra la tos y los procesos catarrales.
Fuente: http://www.ohsauco.com